Misión Silenciosa: Proclamando a Cristo Cada Día por el Aire

Este ministerio no depende de multitudes ni de escenarios visibles. Es una misión silenciosa que atraviesa fronteras con ondas radiales, llevando esperanza y salvación a millones que sintonizan en la intimidad de sus hogares.

Fue precisamente esa visión, la de ser parte de algo más grande y trascendente, lo que motivó a Jason y Adina Helmholdt a dejar todo y responder al llamado de Dios. Una simple búsqueda en línea con la palabra "missionary" los condujo providencialmente a TWR. Así comenzó un proceso de confirmación y preparación que les tomó tres años. Dios proveyó los recursos, afirmó el llamado y finalmente, junto a sus cuatro hijos, la familia Helmholdt levantó sus estacas y las clavó firmemente en Bonaire, donde hoy sirven con pasión.

Para Jason y Adina, vivir en Bonaire no es simplemente habitar una isla tropical. Es formar parte de una comunidad multicultural donde sus hijos aprenden en una escuela 100% en holandés, mientras se adaptan también al papiamento y al español. Adina sirve en el ministerio infantil de una iglesia local que recientemente ayudaron a plantar, y Jason lidera como director de la estación de TWR Bonaire, conectando con el gobierno local, iglesias y comunidades para fortalecer el impacto del Evangelio.

Trabajar en la estación de radio más potente de esta parte del mundo es una gran responsabilidad. Las imponentes torres de 478 pies de altura transmiten 450,000 watts de potencia, alcanzando con claridad regiones donde otros medios no llegan. La familia Helmholdt vive con gratitud al saber que su labor diaria está sembrando en miles de corazones.

A lo largo de los años, muchas personas han sido parte del equipo de TWR Bonaire. Algunos han estado por períodos cortos, mientras que otros, como Brad Swanson, han dejado una huella imborrable. Brad sirvió en la isla durante más de 40 años y hoy, desde Florida, sigue supervisando la programación. Las misiones en Bonaire atraen a ingenieros, comunicadores, administrativos y personas dispuestas a servir donde más se necesita, en tareas que van desde mantenimiento de torres hasta grabación, contabilidad y coordinación local.

La señal de TWR Bonaire alcanza actualmente países del Caribe, América Latina y el norte de Sudamérica. Aunque en los 90 la potencia disminuyó, en 2018 se logró renovar el transmisor para volver a llegar a lugares como Cuba, donde ahora la transmisión es diaria y constante. Mantener las torres en pie en medio del viento y la salinidad del mar sigue siendo uno de los mayores desafíos técnicos.

La decisión sobre qué programas emitir y en qué idiomas involucra una estrategia cuidadosa. Aunque gran parte de la programación proviene de las oficinas principales, en Bonaire se aseguran de que cada oyente escuche voces que reflejan su cultura. Cuando un cubano escucha la radio, está oyendo a un cubano hablar; cuando un venezolano sintoniza, escucha a un compatriota. Esa cercanía en el idioma del corazón marca la diferencia.

Uno de los testimonios que más ha impactado a Jason fue el de dos hermanos dominicanos que, tras años de escuchar TWR y entregar sus vidas a Cristo, viajaron con sus familias en un crucero solo para conocer la estación. Ver sus lágrimas y oír a una de sus hijas orar por primera vez en inglés fue una experiencia que confirmó, una vez más, que esta misión está transformando vidas.

Aunque en Bonaire el acceso a la señal también es posible, hay una estación FM local que transmite en inglés, español, holandés y papiamento, con contenido adaptado a la comunidad. Programas como A Través de la Biblia, The Alternative, Adventures in Odyssey, Pedrito el Pulpo, devocionales como Alimento para el Alma forman parte de la oferta diaria. TWR Bonaire colabora activamente con iglesias en cada país donde llega la señal, y en la isla misma, busca unir congregaciones para dar una voz común frente al gobierno holandés y responder a las necesidades locales.

Los sueños para el futuro incluyen seguir expandiendo la programación, mantener las torres y el equipo, y sobre todo, ver a más personas venir a Cristo. En un mundo cambiante, la radio sigue siendo clave para llegar a lugares donde lo digital no entra. Como dice Jason, "el cambio que Bonaire necesita no es político, es espiritual".

La familia Helmholdt sigue confiando en Dios para la provisión continua. Aunque lograron llegar a la isla con el apoyo necesario, las necesidades cambian, y siguen abiertos a iglesias e individuos que deseen ser parte de esta aventura misionera. Si deseas sumarte, ora por ellos, apóyalos y sé parte de una misión que, aunque silenciosa, está haciendo eco en la eternidad.

¿Quieres ser parte de esta misión silenciosa que transforma vidas? Apoya a la familia Helmholdt con tu oración o donación mensual. Haz clic aquí para sumarte