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El Evangelio nos Une: Un Mensaje de Amor y Unidad en Tiempos de Elección (Parte 2)

Por Pastor Raudel Hernández
22 de octubre, 2024

El Evangelio nos Une: Un Mensaje de Amor y Unidad en Tiempos de Elección

Continuamos explorando cómo el Evangelio nos desafía y equipa para vivir en un mundo a menudo dividido por la política y las diferencias ideológicas. En esta segunda parte, reflexionaremos sobre cómo podemos aplicar las enseñanzas de Jesús en nuestras interacciones diarias y cómo podemos mantenernos fieles a nuestra misión divina en medio de las tensiones de la sociedad moderna.

Lamentablemente, nuestro enemigo es astuto y muchos están siguiendo su corazón pecaminoso en lugar de la Palabra de Dios, atacando así el amor y la comprensión entre nosotros. Pero hay buenas noticias: a pesar de nuestras diferencias, el evangelio de Jesucristo nos une. El evangelio debe ser lo primario en la vida de todo creyente, no una afiliación política. La Biblia nos llama a que los lazos de amor en el cuerpo de Cristo sean más fuertes que cualquier afiliación política, y que la bandera bajo la cual marchamos sea la del Reino de Dios, que por la gracia de Cristo nos ha hecho ciudadanos del cielo.

En palabras de Burk Parsons, debemos odiar nuestros propios pecados mucho más que los pecados de aquellos que pecan de manera diferente a nosotros. El verdadero cristiano sabe que es alguien en necesidad de un Salvador, por eso vino a Cristo. Uno de los nombres de DiosEl Evangelio nos Une: Un Mensaje de Amor y Unidad en Tiempos de Elección es Jehová Nissi, que significa "Dios es mi bandera". El nacionalismo que exalta una cultura sobre otra es pecado. Somos un mosaico que refleja mejor la belleza de Jesús cuando vivimos en la unidad a la que Dios nos llama.

Es triste ver cómo las iglesias se dividen por asuntos políticos. Esta división persiste porque muchos son más discipulados por las noticias y las redes sociales que por la Palabra de Dios. Si estuviéramos tan inmersos en la Palabra como lo estamos en nuestras pantallas, probablemente no tendríamos tantos problemas.

Quisiera desafiarlos: a lo mejor, les importa más cómo vota su vecino que dónde pasará la eternidad. Eso demuestra que han cambiado a Jehová Nissi por un ídolo político. Muchas personas en este país creen que lo que más aman es a Dios, cuando en realidad lo que más aman es su propia comodidad y solo quieren rodearse de gente que piensa como ellos.

Rick Warren dijo una vez que no es necesario comprometer la verdad y las convicciones bíblicas para ser compasivos. Miqueas 6:8 nos enseña que desde el Antiguo Testamento tenemos este llamado a hacer justicia al prójimo, a amarlo y a humillarnos, llenos de misericordia como Dios. Cuando hablamos de política o con el prójimo que no vota como nosotros o con quien no estamos de acuerdo, ¿nuestros pensamientos e interacciones están llenos del fruto del Espíritu o de las obras de la carne?

La iglesia del Señor Jesucristo no es del partido del asno ni del elefante, sino del Cordero y el León llamado Jesucristo. Nuestra cultura ha aceptado dos grandes mentiras: que si no estás de acuerdo con el estilo de vida de alguien, debes temerle u odiarlo, y que amar a alguien significa estar de acuerdo con todo lo que esa persona cree y hace. Ambas son falsas. No es necesario comprometer la verdad y las convicciones bíblicas para ser compasivos.
La misericordia es no recibir lo que mereces, y la gracia es recibir lo que no mereces. Dios hizo El Evangelio nos Une: Un Mensaje de Amor y Unidad en Tiempos de Elección exactamente eso con nosotros, así que Dios quiere que extendamos ese amor y misericordia a todos los que nos rodean. En respuesta al amor de Dios por nosotros, vivamos brindando justicia y amor al prójimo.

La pregunta del millón de dólares es "¿quién es mi prójimo?". Jesús nos enseña con la parábola del buen samaritano que nuestro prójimo es todo aquel que nos rodea, y nuestra responsabilidad es considerar sus necesidades tan importantes como las nuestras. La historia del samaritano no es un evangelio social, sino vivir en respuesta a la gracia y misericordia que no merecíamos pero que Jesús nos dio. No podemos llamarnos seguidores de Cristo si nuestros pecados han sido perdonados por gracia y vivimos ignorando al prójimo.

No podemos separar el evangelio de ir al necesitado. Jesús dijo que no neguemos pan a alguien que lo necesite si tenemos pan en casa. La persona que ayudó al herido no le preguntó si merecía la paliza, si tenía papeles o seguro médico, si creía en Dios, de qué país era o si era republicano o demócrata. Simplemente actuó como Cristo.

Insistir en nuestros derechos puede hacernos sentir muy americanos, pero morir a nosotros mismos es donde el llamado a seguir a Jesús y el sueño americano divergen. Jesús nos llama a priorizar las necesidades de los demás. Dios nos ha dado, para que demos. Si Dios te ha dado un abrigo, no tienes que orar por el sin hogar que sabes pasará frío en invierno. No tienes que orar, ve a tu casa, saca buenos abrigos de tu clóset y entrégaselos de parte de Dios.

La palabra "justicia" en hebreo es "mishpat", y cuando la vemos en el Antiguo Testamento, generalmente está en el contexto de cuatro grupos de personas: viudas, huérfanos, inmigrantes y pobres. La persona justa es la que está involucrada en ayudar a estos grupos. La justicia no es solo humillar al opresor, es también ayudar a levantar al oprimido. La persona justa en el Antiguo Testamento es aquella que ve sus recursos comoEl Evangelio nos Une: Un Mensaje de Amor y Unidad en Tiempos de Elección pertenecientes a toda la comunidad, un regalo que se les ha dado a los administradores en beneficio de toda la comunidad.

Jesús dijo que lo que hacemos por los más pequeños de sus hermanos, lo hacemos por Él. La política es de suma importancia, pero no es lo esencial. La política no es la solución del mundo; el mensaje de Jesucristo lo es. No vemos cada asunto con claridad, por eso necesitamos hablar menos y escuchar más. Ningún partido político es "el partido de Dios". Jesús no vino a tomar lados en ningún partido, sino a salvar lo que se había perdido.

No pongas tu esperanza en un partido humano, pon tu esperanza en el Rey inamovible y seguro, Jesús. No importa qué pase, nuestro Rey y Señor, quien nos sustenta  cada mañana, es el Príncipe de Paz. En Él hay un Reino mejor. En lo que es esencial, unidad; en lo que no es esencial, libertad; y en todo lo demás, compasión, justicia y caridad. Mantengamos lo más importante como lo más importante: nuestro Salvador y Su Evangelio.

Por último, en las palabras del pastor Timothy Keller, un cristiano no encaja en un sistema de solo dos partidos. No veamos al presidente de la nación como el pastor de la nación; los políticos no son pastores ni lo serán. Ningún político podrá reemplazar la figura de autoridad y paz del único que se llama el buen pastor y príncipe de paz, Jesús.

Aunque un futuro presidente fuese cristiano, es solo un mero hombre fallido que luchará con pecado. La Biblia dice que no confiemos en carros, ni en caballos, ni en reyes para la batalla, sino que confiemos en Dios y en el poder de Su fuerza. Nuestra alma anhela el reinado del Señor Jesús en nuestra mente y corazón. Deja de poner tu esperanza e identidad en un país y un pequeño reino temporal de un mundo de pecado. Hay un Reino mejor, eterno,El Evangelio nos Une: Un Mensaje de Amor y Unidad en Tiempos de Elección con un Rey que es santo y perfectamente bueno. Él fue a casa para preparar un lugar de placer eterno para ti con Él, y regresará pronto; confía en Él, descansa en Él.

Nuestra alianza no es con este mundo, sino con Dios y Su Reino. Es posible que algunos de ustedes tengan más lealtad a un partido político que a la Palabra de Dios. ¡Arrepiéntete y entiende que podemos amarnos en medio de nuestras diferencias! No descartes a tu prójimo porque peca diferente a ti, ámalo y ambos arrepiéntanse de su mal camino. No hay bandera en ningún país del mundo como la que dice Cristo. En Él hay esperanza, no en un gobierno humano. Pon toda tu confianza en Él.

Como cristianos, podemos acordar en desacordar acerca de soluciones humanas y políticas, pero no podemos ignorar lo que Dios nos pide hacer en Su Palabra: hacer justicia, amar misericordia y humillarnos ante Dios. Quien es nuestro Rey es Jesús, ningún otro, ningún presidente de ningún partido. Nuestra patria es el reino de los cielos, una eternidad con Dios, donde no hay más llanto ni dolor. Nuestro símbolo como cristianos es la cruz, no un capitolio de ningún país terrenal y temporal. Nuestra bandera es la gracia de Jesucristo que no merecíamos pero que nos hace justos ante Dios. Nuestra misión es amar a Dios, amar al prójimo y compartir el evangelio de Cristo que nos hace hijos de Dios, haciendo discípulos que a su vez hagan discípulos de Cristo. Nuestra autoridad máxima y guía es la Santa Palabra de Dios, la Biblia. Nuestra fuerza es el Santo Espíritu de Dios. Nuestro propósito es conocer a Dios y disfrutarlo por siempre. Nuestra motivación es la gloria de Dios, porque Él es más bello y más grande que todo.

Oremos para que, como iglesia, mantengamos lo más importante como lo más importante: nuestro Salvador y Su Evangelio. Que el Señor Jesús sea lo más importante en nuestras vidas, y que le demos prioridad en todo, porque solo Él es digno. "En lo que es esencial, unidad; en lo que no es esencial, libertad; y en todo lo demás, compasión, consideración y caridad", (San Agustin). Nuestra esperanza está en Cristo, y si sigues a Cristo, ondea la bandera de Dios como tu verdadera identidad y lealtad.

Para leer la primera parte de este artículo, haz click aquí: 
El Evangelio nos Une: Un Mensaje de Amor y Unidad en Tiempos de Elección

Para ver la serie completa del Pastor Raudel Hernández
, haz click aquí: El Evangelio Nos Une (parte 2)

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