El Evangelio nos Une: Un Mensaje de Amor y Unidad en Tiempos de Elección

¿Han sentido alguna vez esa presión inminente del tiempo? Esa urgencia de que hay algo que simplemente no puede esperar. Así me siento hoy, y les digo por qué: estamos a solo dos semanas de las elecciones presidenciales en EE.UU., un evento que se repite cada cuatro años y que históricamente ha sido un tiempo de gran división. No importa quién gane o pierda, millones de personas se sentirán decepcionadas, y la división parece crecer exponencialmente con cada ofensa lanzada en las redes sociales. Pero, ¿es necesario que esto sea así? ¿O las enseñanzas de Jesús nos ofrecen una perspectiva diferente, incluso cuando estamos bajo la opresión de un gobierno y dictadura, como lo era en tiempos de Roma?
Las obras de la carne, que incluyen enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas y disensiones, tal como se describe en Gálatas 5:20, alimentan esta división. Sin embargo, parece que hemos olvidado las palabras de Jesús que nos instruyen a amar a nuestros enemigos. Si seleccionamos qué partes de la Biblia seguir, entonces no podemos llamarnos seguidores de Cristo. Tenemos dos opciones: abrazar la Palabra de Dios en su totalidad o descartarla completamente. No podemos permitirnos editar las Escrituras para acomodarlas a nuestras preferencias, como hizo Thomas Jefferson, que recortaba las partes que no eran de su agrado.
He oído a personas decir que no pueden amar a alguien porque es republicano, demócrata o simplemente porque lo consideran tóxico. Pero, gracias a Dios, Jesús no pensó de la misma manera acerca de nosotros. De lo contrario, nunca habría descendido a la tierra para salvarnos, ya que la diferencia entre su santidad y nosotros es infinitamente mayor que cualquier diferencia política o ideológica.
¿Qué hacemos con el gran mandamiento que nos ordena amar a Dios con todo nuestro ser y a nuestro prójimo como a nosotros mismos? ¿Qué hacemos con el resumen de la ley que nos dice que amemos a nuestro prójimo, como se encuentra en Gálatas 5:14? ¿Y qué hacemos con las enseñanzas de Jesús sobre amar incluso a nuestro enemigo?
Es verdad que el enemigo intenta dividirnos, pero también es verdad que ya está vencido. Si nuestras fuentes de información son las noticias y las redes sociales y no la Palabra de Dios, nos arriesgamos a convertirnos en divisivos nosotros mismos. Nos convertimos en lo que contemplamos; por lo tanto, necesitamos dejar de lado nuestros dispositivos y fijar nuestra vista en Dios.
Miqueas 6:8 nos plantea un desafío claro: ¿Qué nos pide Dios? Hacer justicia, amar la misericordia y humillarnos ante Él. Es fácil decirlo, pero la verdadera prueba está en llevarlo a la práctica. Admiro a los cristianos maduros que extienden gracia a cualquiera, y al mismo tiempo confrontan el pecado con amor. Dios nos creó como seres pensantes, con dones y habilidades únicas, y no como robots idénticos. La unidad en la iglesia no significa uniformidad; significa que, aunque seamos diferentes, podemos ser unidos, de un mismo sentir, cuando nos humillamos ante el Dios que nos creó y ponemos en práctica Su Palabra.
La iglesia es el lugar donde personas de diferentes orígenes, que naturalmente podrían ser enemigos, son reconciliados con Dios y entre sí gracias a la obra de Cristo. Ahora se aman a través del amor de Cristo que los ha transformado. Esto es un testimonio al mundo de que somos Sus discípulos. Más allá de los asuntos esenciales de la fe, la iglesia es un espacio inclusivo donde podemos acordar en desacordar en temas secundarios, maravillándonos del amor de Cristo en cómo nos amamos y perdonamos continuamente, señalando al perdón diario que Cristo nos ofrece por Su gracia.
Para seguir leyendo la segunda parte de este artículo, haz click aquí: El Evangelio nos Une: Un Mensaje de Amor y Unidad en Tiempos de Elección (parte 2)
Para ver la serie completa del Pastor Raudel Hernández, haz click aquí: El Evangelio nos Une (parte 1)