Verdadera paz

La vida puede ser estresante y abrumadora. Nos enfrentamos a problemas en el trabajo, la escuela, en la familia, y en nosotros mismos.

Es fácil buscar soluciones en amistades, entretenimiento, éxito, o dinero. Pero, esas cosas nunca satisfarán profundamente.

Entonces ¿dónde encontrar la paz verdadera?

La Biblia nos dice que la paz real solo se encuentra en una persona: Jesucristo, el Príncipe de Paz. “Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo... y se le darán estos nombres: Consejero Admirable, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”.(Isaías 9:6)

Esto significa que Jesucristo es la fuente de la paz que el mundo no puede ofrecer.

Jesús nos dejó una promesa maravillosa: “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.” (Juan 14:27)

La paz de Jesús es diferente a cualquier tranquilidad temporal que ofrece el mundo; es una paz que permanece incluso en medio de dificultades.

¿Por qué Jesús es la fuente de esta paz?

Porque a través de Su sacrificio en la cruz, nos reconcilia con Dios.

Romanos 5:1 dice: “En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.”

Nuestro pecado nos separa de Dios, pero Jesús murió y resucitó para darnos el perdón y restaurar nuestra relación con Él. Solo cuando tenemos paz con Dios podemos experimentar la paz en nuestras vidas.

Sin embargo, esta paz no es automática. Debemos venir a Jesús en fe y aceptarlo como nuestro Salvador. Él nos invita con estas palabras: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.” (Mateo 11:28)

Si reconocemos nuestra necesidad de Él y ponemos nuestra fe en Su obra en la cruz, Él nos dará esa paz que tanto anhelamos.

¿Has encontrado esta paz que solo Jesús puede dar? Tal vez has buscado la paz en las cosas materiales, en las relaciones o en el éxito, pero aún sientes un vacío.

Solo Jesús puede llenar ese vacío y darte la paz verdadera. Él es el Príncipe de Paz, y Su deseo es que tú también la experimentes.

Hoy, puedes recibir la paz que viene de conocer a Jesús. Arrepiéntete de tus pecados, confía en Él y permite que Su paz inunde tu corazón.

“No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6-7)

La paz que Jesús ofrece no solo es para hoy, sino para la eternidad. Recíbelo como tu Salvador y deja que Él sea el Príncipe de Paz en tu vida.

¡No esperes más para experimentar la verdadera paz que solo Cristo puede dar!

Pídele perdón por tus pecados, cree en Cristo como Dios, Salvador y Rey, y encontrarás perdón, una paz incomprensible y vida eterna en Él.